domingo, 31 de agosto de 2008

David Alan Harvey


Nacido en California, David Alan Harvey, estudió arte en 1969 y, tras graduarse en periodismo en la Universidad de Missouri, comenzó a trabajar en Kansas para el Topeka Capitol Journal. Una concesión del Virginia Museum of Fine Arts le animó a trabajar con la fotografía en color, y le dio los medios para trabajar libremente en su región natal realizando una serie fotográfica para el museo. Tras eso, volvió al blanco y negro para realizar un reportaje sobre la comunidad negra y los movimientos por los derechos civiles.
Empecé con la fotografía cuando tenía diez u once años. Compré mi primera cámara calidad (una Leica IIIF) a los 12 ante la mirada de mis padres, que no podrían imaginarse para qué necesitaría una cámara fotográfica como esa. Yo sin embargo, había estado leyendo en revistas y libros de fotografía tradicional y sabía lo que quería.
Pagaba mi afición gracias a mi trabajo repartiendo periódicos y a que el chico de la tienda de fotos me permitió tener mi propio sistema de pago (cada semana llegaba con una enorme bolsa de peniques, monedas de diez centavos, cuartos, y billetes de dólar, e iba reduciendo mis deudas). Decía que era un fanático.
Cuando estaba en el instituto me empecé a preocupar por los coches, las chicas y demás cosas típicas de la edad. Seguía haciendo fotos, pero me sentía “algo” distraído. No quería ir a la universidad, lo que quería era hacer carreras de motos. Por supuesto, mis padres no estaban tan seguros y me dijeron “David, sabemos que nunca has sido muy conformista pero haz solo una cosa por tu mama y tu papa: Intenta al menos durante un año a la universidad”.
Miré alrededor y vi que en Richmond afortunadamente había un gran panorama para el arte, el drama y la fotografía, así que me inscribí en el colegio William and Mary. Una vez llegué allí, ya no volví a pensar de nuevo en motos. A mis padres les salió bien.
De ahí pasé a la universidad de Missouri, un buen lugar para establecer contactos profesionales, incluyendo gente del National. Empecé a trabajar en el mejor periódico de la zona, el Topeka Capital-Journal, en Kansas. Era el mejor primer trabajo que nadie pueda tener. De hecho, cuatro fotógrafos de este pequeño periódico trabajamos ahora para National Geographic.
Cuando doy algún taller o seminarios, lo primero que les digo a mis alumnos es que vuelvan a sus habitaciones con todas esas cámaras y se queden con una sola con un único objetivo. Yo en mi caso casi siempre me limito a una Leica M6 con un 35mm.
Hay que esperar a que la luz sea buena. He estado en lugares donde la luz era preciosa justo después de que todo el mundo se hubiese ido.

La buena fotografía trata sobre lo que pensamos y observamos, y requiere de paciencia y buenas dosis de relacionarnos personalmente. Es una combinación de cosas. Aprender toda la técnica y demás es importante pero la intuición juega una gran parte también.
(Entrevista concedida a la web oficial de National Geographic).

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